Los medicamentos del siglo XXI

Las nuevas tecnologías llevan décadas revolucionando el mercado, nuestro estilo de vida y también las farmacias y la atención farmacéutica. ¿Cómo está afectando la evolución digital y de qué manera modificó y está modificando la profesión? ¿Cómo podemos adaptarnos?

«La salud y la atención farmacéutica están evolucionando hacia una experiencia más personalizada y cómoda para los pacientes», señaló Michel Van de Beek, farmacéutico y co-fundador de la plataforma sin ánimo de lucro Co-Innovation, el pasado mes de octubre durante el Congreso virtual de SEFAC.

Lo que es evidente es que la pandemia del coronavirus nos obligó a todos a acelerar ciertos procesos tecnológicos y a replantearnos muchas cuestiones que teníamos naturalizadas. No obstante, todavía son muchos los profesionales que se muestran un tanto inseguros en cuanto a las nuevas tecnologías refiere por eso os invitamos a que penséis en el caso Kodak.

¿Qué es el caso Kodak y cómo pueden evitarlo los farmacéuticos?

El caso Kodak es un ejemplo muy habitual en escuelas de negocio pero se aplica perfectamente a más campos profesionales. Se trata, en pocas palabras, de no saber adaptarse a las nuevas tecnologías y, por consiguiente, quedarse obsoletos.

La firma Kodak no supo adecuarse a la evolución digital que ella misma había iniciado. A pesar de ser la compañía que desarrolló la primera cámara digital, no supo comprender las posibilidades que la tecnología digital ofreció a las personas. Pasó en muy poco de ser una compañía que hacía las cosas bien a entrar en depresión.

Dentro de todos los frutos de la revolución tecnológica de estas últimas décadas, hay uno que afecta de manera frontal a la farmacia: la llegada de los colosos de Internet. Y es que este ha cambiado las reglas de la partida y, con ellas, ha generado una inmensa influencia en los comportamientos de los clientes.

Sin embargo, de acuerdo con Van de Beek, lo que más valoran los clientes de las farmacias es la interacción con las personas que trabajan en ella, la ayuda que reciben, pero no quieren tener que esperar colas y entrar en un establecimiento abarrotado para recibir esta atención, y mucho menos sin la privacidad adecuada.

Por lo tanto, parece que la solución para combatir a Internet no sea tan complicada.